8 oct 2013

Líderes católicos y judíos se reunirán en madrid


El Comité Internacional de Enlace entre Católicos y Judíos (ILC), órgano oficial de contacto entre la Iglesia católica y la comunidad judía, mantendrá su XXII reunión del 13 al 17 de octubre en Madrid. Representantes de ambas religiones abordarán el tema ‘Desafíos para la fe en las sociedades contemporáneas’, en un encuentro a cuya inauguración también asistirán representantes del mundo político, cultural y civil español. 
El objetivo del ILC es fomentar el trabajo conjunto en los ámbitos de la acción social y el antisemitismo, tratando temas como la familia, la educación, los derechos humanos, la ecología, la justicia y la caridad, la libertad religiosa.
En representación de los católicos participarán, entre otros, los cardenales Kurt Koch, Antonio María Rouco Varela, Lluís Martínez Sistach; los obispos Brian Farrell, Giacinto Marcuzzo, Braulio Rodríguez, Javier Martínez, William Murphy y el Custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa. Por parte judía han confirmado asistencia, entre otros, Betty Ehrenberg, Isaac Querub; los rabinos Martin Budd, David Sandmel, David Rosen y David Berger.
Se da la circunstancia de que el mismo día de la inauguración de este encuentro interreligioso, la Iglesia española celebrará en Tarragona la beatificación de 522 mártires del siglo XX, acto que coincide con el Año de la Fe para los católicos, según decretó Benedicto XVI.
(SERVIMEDIA)

7 oct 2013

GRUPO DE ORACIÓN "MISIÓN ID " Seminario de vida en el Espíritu" Fotos del encuentro



















































Qué pasa cuando lees la Biblia (Religión en Libertad > Evangelización)




La experiencia de diversos jóvenes católicos al leer frecuentemente las Sagradas Escrituras es un buen acicate para incorporar a nuestra vida espiritual el trato habitual con la Palabra escrita de Dios, y sobre todo con los Evangelios. 



http://videos.religionenlibertad.com/video/sriXboGfoN/Que-pasa-cuando-lees-la-Biblia

La historia de la viuda española que sirvió a sus hermanas religiosas hasta sufrir el martirio

La historia de la viuda española que sirvió a sus hermanas religiosas hasta sufrir el martirioEl próximo 13 de octubre, en una ceremonia presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y representante del Papa Francisco para esta ocasión, serán beatificados en Tarragona 522 mártires de la guerra civil española, entre los cuales figuran muchos religiosos pero también varios laicos, personas comunes que dieron su vida por no renegar de la propia fe. Se trata, para la Conferencia Episcopal Española, de uno de los acontecimientos principales del Año de la Fe.
 
Monseñor Vicente Cárcel Ortí, historiador y autor de varios libros sobre católicos españoles perseguidos por los republicanos en los años Treinta, explicó en una entrevista a tempi.it la importancia de este acontecimiento para la Iglesia.
 
Era el 19 de julio de 1936 cuando, a las 9 de la mañana, una mujer llegó corriendo al convento para avisar a las religiosas de que escaparan lo antes posible. Los responsables de la persecución anticatólica habían empezado a quemar iglesias en Barcelona, y pronto habrían hecho lo mismo con la de ellas.

La madre superiora, que hasta ese momento y a pesar de la violencia no había querido abandonar el convento, dijo a las hermanas que se quitaran el hábito y se vistieran con indumentaria civil; después, las escondió en una torre cercana que pertenecía al propietario de ese terreno. Desde allí se trasladarían una a una para buscar lugares mejores donde refugiarse.
 
El terror en el refugio
Algunas monjas se escondieron con la futura beata Lucrecia García Solanas, una viuda sin hijos, que estaba allí para ayudar a su hermana, la madre superiora, y las otras monjas.Lucrecia vivía con ellas desde hacía más de diez años, en una casa fuera del convento, haciendo de mediadora entre el monasterio y el mundo exterior.

Las religiosas se escondieron en un sótano, donde el propietario del mismo guardaba sus herramientas de trabajo. Desde allí las mujeres podían oír el ruido de los milicianos del Frente Popular que, con la ayuda de perros, buscaban a sus víctimas.
 
El 21 de julio un grupo armado entró en el monasterio, forzando la puerta con dinamita. Los “rojos” entraron en la iglesia adyacente, la profanaron y después la quemaron. Tras haber revisado el monasterio para saquearlo, los republicanos profanaron los cuerpos de dos hermanas enterradas algunos meses antes, dejándolos expuestos a la mofa pública.
 
Traicionadas y encontradas
El 22 de julio, el grupo de religiosas refugiadas aumentó porque algunas de ellas volvieron al no poder permanecer más en sus casas, pero al día siguiente el portero del convento, que conocía su escondite, las traicionó. Los anticatólicos las encontraron en la torre rezando el rosario. Preguntaron quién era la madre superiora para interrogarla sobre las riquezas que esperaban encontrar en el monasterio.

La madre abadesa ofreció su propia vida a cambio de la de sus hermanas. Dijo a los milicianos que Lucrecia era una laica, pero estos no la escucharon y quisieron saber dónde estaban las otras monjas. Las hallaron en el sótano, rezando de rodillas. Todas fueron arrestadas, y empezó para ellas su calvario.
 
Las torturas a las religiosas
Los republicanos insultaron a las religiosas, les apretaron sus rosarios alrededor del cuello y burlándose de ellas las pusieron en fila para arrastrarlas por la calle. Sólo se salvó una de ellas, hermana de un famoso anarquista. El final de las otras lo describió Amparo Bosch Vilanova, testigo ocular, que contó: “Las han puesto en fila como si fueran a recibir la Hostia, las han empujado a la calle donde había un camión, donde las han echado como sacos de patatas, con una violencia tal que seguramente les han roto algún hueso”.
 
El camión se dirigió a San Andrés, donde las mujeres, después de haber sido sometidas a prolongadas torturas, fueron asesinadas. Algunos testigos dijeron que hacia las siete de la tarde de ese día se oyeron varios disparos. Los cuerpos de las monjas fueron hallados amontonados. En total eran diez, nueve religiosas y una laica. Tenían heridas de arma blanca en el pecho y las partes íntimas, con los vestidos arrancados y agujereados por armas de fuego.
 
Mientras eran torturadas por los “rojos”, todas las monjas, y con ellas Lucrecia, temieron más a la violación que a la muerte, y en sus cuerpos se hallaron signos de una lucha terrible.

Una mujer refirió que los mismos republicanos se quedaron turbados de la valentía de esas mujeres; incluso comentaron en el bar, después de martirizarlas: «¡Qué monjas más valientes han muerto hoy!». Según otros testigos, las diez mártires habían entregado su vida rezando de rodillas y pidiendo perdón para sus verdugos.
 

6 oct 2013

CONFERENCIA DE JOSEPH RATZINGER LAS CATORCE ENCÍCLICAS DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II

Sería absurdo pensar que se puede hablar en media hora de las catorce encíclicas de nuestro Santo Padre. Sería preciso examinar cada una detalladamente, para poder comprender la estructura del conjunto y para captar sus temas centrales y la línea de su enseñanza. En media hora sólo se puede brindar una panorámica aproximada y superficial. La elección de los puntos que subrayamos es necesariamente unilateral y podría hacerse también de modo diverso. Además, una valoración conjunta debería incluir también los demás textos magisteriales del Papa, que a menudo son de gran trascendencia y pertenecen sin duda al conjunto de las afirmaciones doctrinales del Santo Padre. 

Dicho esto, las encíclicas se deben dividir por grupos de temas afines. Conviene recordar ante todo el tríptico trinitario de los años 1979-1986, que abarca las encíclicas Redemptor hominisDives in misericordia Dominum et vivificantemA la década 1981-1991 pertenecen las tres encíclicas sociales:  Laborem exercensSollicitudo rei socialis Centesimus annus. Luego están las encíclicas que tratan temas de eclesiología:  Slavorum apostoli (1985), Redemptoris missio(1990) y Ut unum sint (1995). En el ámbito eclesiológico se puede situar también la última encíclica, hasta ahora, del Papa:  Ecclesia de Eucharistia (2003), así como en cierto sentido, la encíclica mariana Redemptoris Mater (1987).

Ya en su primera encíclica el Papa había unido íntimamente los temas de la madre Iglesia y de la Madre de la Iglesia, ensanchándolos al ámbito histórico-teológico y pneumatológico:  "Suplico sobre todo a María, la celestial Madre de la Iglesia, que se digne, en esta oración del nuevo Adviento de la humanidad, perseverar con nosotros que formamos la Iglesia, es decir, el Cuerpo místico de su Hijo unigénito. Espero que, gracias a esta oración, podamos recibir al Espíritu Santo que desciende sobre nosotros (cf. Hch 1, 8) y convertirnos de este modo en testigos de Cristo "hasta los últimos confines de la tierra"" (Redemptor hominis22). En la mariología, para el Papa, se encuentran todos los grandes temas de la fe:  no hay encíclica que no concluya con una referencia a la Madre del Señor.

Y, por último, tenemos tres grandes textos doctrinales, que pueden situarse en el ámbito antropológico:  Veritatis splendor (1993), Evangelium vitae (1995) y Fides et ratio (1998).
La primera encíclica, Redemptor hominis, es la más personal, el punto de partida de todas las demás. Sería fácil demostrar que todos los temas sucesivos ya se hallaban anticipados en ella:  el tema de la verdad y el vínculo entre verdad y libertad se afronta según toda la importancia que tiene en un mundo que quiere libertad pero considera la verdad una pretensión y lo contrario de la libertad. El celo ecuménico del Papa se aprecia ya en este primer gran texto magisterial. Los principales rasgos de la encíclica eucarística -Eucaristía y sacrificio, sacrificio y redención, Eucaristía y penitencia- ya se hallan presentes en sus grandes líneas. El imperativo "no matarás", que es el gran tema de la Evangelium vitae, es anunciado con gran fuerza al mundo. Como hemos visto, la orientación del cristianismo hacia el futuro, típica del Papa, está relacionada con el tema mariano. Para el Papa, el vínculo entre la Iglesia y Cristo no es un vínculo con el pasado, una orientación hacia atrás, sino más bien el vínculo de quien es y da futuro, y que invita a la Iglesia a abrirse a un nuevo período de la fe. Su compromiso personal, su esperanza, pero también su profundo deseo de que el Señor nos conceda un nuevo presente de fe y de plenitud de vida, un nuevo Pentecostés, resulta evidente cuando, casi como una explosión, prorrumpe en una invocación:  "La Iglesia de nuestro tiempo parece  repetir  cada  vez con mayor fervor y con santa insistencia:  ¡Ven, Espíritu Santo! ¡Ven! ¡Ven!" (Redemptor hominis18).

Todos estos temas que, como ya hemos dicho, anticipan toda la obra magisterial del Papa, están conectados por una visión cuya dirección fundamental debemos tratar de describir. Con ocasión de los ejercicios que, como cardenal arzobispo de Cracovia, predicó en 1976 a Pablo VI y a la Curia romana, explicaba que los intelectuales católicos polacos, en los primeros años de la posguerra, al inicio habían tratado de confutar, contra el materialismo marxista convertido ya en doctrina oficial, el valor absoluto de la materia. Pero pronto se desplazó el centro del debate:  ya no versaba sobre las bases filosóficas de las ciencias naturales (aunque este tema mantiene siempre su importancia), sino sobre la antropología. El núcleo de la discusión pasó a ser:  ¿qué es el hombre? La cuestión antropológica no es una teoría filosófica sobre el hombre; tiene un carácter existencial. Bajo esa cuestión subyace la cuestión de la redención. ¿Cómo puede vivir el hombre? ¿Quién tiene la respuesta a la cuestión sobre el hombre?, una cuestión muy concreta. ¿Quién puede enseñarnos a vivir:  el materialismo, el marxismo o el cristianismo?

Así pues, la cuestión antropológica es una cuestión científica y racional, pero, al mismo tiempo, es también una cuestión pastoral:  ¿cómo podemos mostrar a los hombres el camino que lleva a la vida y ayudarles a comprender también a los no creyentes que sus interrogantes son también los nuestros y que, frente al dilema del hombre de hoy y de entonces, Pedro tenía razón cuando dijo al Señor:  "Señor, ¿a quién iremos? Sólo tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6, 68). Filosofía, pastoral y fe de la Iglesia se funden en esta tensión antropológica.

En su primera encíclica, Redemptor hominisJuan Pablo II resumió, por decirlo así, los frutos del camino recorrido hasta entonces en su calidad de pastor de la Iglesia y como pensador de nuestro tiempo. Esa primera encíclica gira en torno a la cuestión del hombre. La expresión:  "el  hombre es el camino primero y fundamental de la Iglesia" (ib., 14) se ha convertido casi en un lema. Pero, al citarla, a menudo nos olvidamos de que poco antes el Papa había dicho:  "Jesucristo es el camino principal de la Iglesia. Él mismo es nuestro camino "hacia la casa del Padre" (cf. Jn 14, 1 ss) y es también el camino hacia cada hombre" (ib., 13). Por consiguiente, también la fórmula del hombre como primer camino de la Iglesia prosigue así:  "camino trazado por Cristo mismo, camino que inmutablemente conduce a través del misterio de la Encarnación y de la Redención" (ib., 14).

Para el Papa, antropología y cristología son inseparables. Precisamente Cristo nos ha revelado qué es el hombre y a dónde debe ir para encontrar la vida. Este Cristo no es sólo un modelo de existencia humana, un ejemplo de cómo se debe vivir, sino que "está unido, en cierto modo, a todo hombre" (ib.). Cristo nos toca en nuestro interior, en la raíz de nuestra existencia, transformándose así, desde el interior, en el camino para el hombre. Rompe el aislamiento del yo; es garantía de la dignidad  indestructible de cada persona y, al mismo  tiempo, es quien supera el individualismo en una comunicación a la que aspira toda la naturaleza del hombre.

Para el Papa, el antropocentrismo es al mismo tiempo cristocentrismo, y viceversa. Contra la opinión según la cual sólo a través de las formas primitivas del ser humano (partiendo de abajo, por decirlo así) se puede explicar qué es el hombre, el Papa sostiene que solamente partiendo del hombre perfecto se puede comprender lo que es el hombre, y que desde este punto de vista se puede vislumbrar el camino del ser humano. A este respecto, habría podido referirse a Teilhard de Chardin, que decía:  "La solución científica del problema humano no deriva exclusivamente del estudio de los fósiles, sino de una atenta observación de las características y de las posibilidades del hombre de hoy, que determinarán al hombre de mañana".

Naturalmente, Juan Pablo II va mucho más allá de ese diagnóstico:  en definitiva, sólo podemos comprender qué es el hombre mirando a Aquel que realiza plenamente la naturaleza del hombre, que es imagen de Dios, el Hijo de Dios, Dios de Dios y Luz de Luz. Así corresponde perfectamente a la orientación intrínseca de la primera encíclica, la cual, en la prosecución del Magisterio papal, se desarrolló formando, juntamente con otras dos encíclicas, el tríptico trinitario. La cuestión del hombre no se puede separar de la cuestión de Dios. La tesis de Guardini, según el cual sólo conoce al hombre quien conoce a Dios, encuentra una clara confirmación en esta fusión de la antropología con la cuestión de Dios.

Echemos ahora una mirada a las otras dos tablas del tríptico trinitario. El tema de Dios Padre aparece velado, por decirlo así, en primer lugar, bajo el título Dives in misericordia. Se puede creer que la idea de tratar esta temática le vino al Papa de la devoción de la religiosa de Cracovia Faustina Kowalska, a la que posteriormente elevó al honor de los altares. Poner en el centro de la fe y de la vida cristiana la misericordia de Dios fue el gran deseo de esta santa mujer. Con la fuerza de su vida espiritual, ella puso de relieve la novedad del cristianismo, precisamente en nuestro tiempo, marcado por la irreligiosidad de sus ideologías. Basta recordar que Séneca, un pensador del mundo romano en muchos aspectos bastante cercano al cristianismo, dijo una vez:  "La compasión es una debilidad, una enfermedad". Mil años después, san Bernardo de Claraval, con el espíritu de los santos Padres, encontró la admirable fórmula:  "Dios no puede padecer, pero puede compadecer".

Considero muy acertado que el Papa haya centrado su encíclica sobre Dios Padre  en  el tema de la misericordia divina. El primer subtítulo de la encíclica es:  "Quien me ve a mí, ve al Padre" (Jn 14, 9). Ver a Cristo significa ver al Dios misericordioso. Conviene subrayar que en esta encíclica la digresión sobre la terminología bíblica de la misericordia divina en el Antiguo Testamento ocupa nada menos que tres páginas. En ella se explica también la palabra rahamim, que proviene de la palabra rehem (vientre materno), y confiere a la misericordia de Dios los rasgos del amor materno.
El otro punto central de la encíclica es su profunda interpretación de la parábola del hijo pródigo, en la que la imagen del Padre resplandece en toda su grandeza y belleza.

Quiero dedicar también unas pocas palabras a la encíclica sobre el Espíritu Santo, en la cual se trata el tema de la verdad y de la conciencia. Según el Papa, el auténtico don del Espíritu Santo es "el don de la verdad de la conciencia y el don de la certeza de la redención" (Dominum et vivificantem31). Así pues, en la raíz del pecado está la mentira, el rechazo de la verdad. "La "desobediencia", como dimensión originaria del pecado, significa rechazo de esta fuente por la pretensión del hombre de llegar a ser fuente autónoma y exclusiva en decidir sobre el bien y el mal" (ib., 36). La perspectiva fundamental de la encíclica Veritatis splendor ya aparece aquí muy claramente. Es evidente que el Papa, precisamente en la encíclica sobre el Espíritu Santo, no se detiene en el diagnóstico de nuestra situación de peligro, sino que hace ese diagnóstico para preparar el camino a la curación. En la conversión, el afán de la conciencia se transforma en amor que sana, que sabe sufrir:  "El dispensador oculto de esa fuerza salvadora es el Espíritu Santo" (ib.,5).

He comentado ampliamente -tal vez demasiado ampliamente- el tríptico trinitario, porque contiene todo el programa de las encíclicas sucesivas y lo relaciona con la fe en Dios. Ahora no tendré más remedio que limitarme a algunos rasgos esquemáticos de las demás encíclicas.

Las tres grandes encíclicas sociales aplican la antropología del Papa a la problemática social de nuestro tiempo. Juan Pablo II subraya la primacía del hombre sobre los medios de producción, la primacía del trabajo sobre el capital y la primacía de la ética sobre la técnica. En el centro está la dignidad del hombre, que es siempre un fin y jamás un medio. A partir de aquí se esclarecen las grandes cuestiones actuales de la problemática social en contraposición crítica tanto con el marxismo como con el liberalismo.

Las encíclicas eclesiológicas merecerían una reflexión profunda, que no puedo hacer aquí. Ecclesia de Eucharistia considera a la Iglesia desde el interior y desde lo alto, y así capta su capacidad de crear comunión; Redemptoris Mater trata de la prefiguración de la Iglesia en María y del misterio de su maternidad; las otras tres encíclicas de este grupo presentan los dos grandes ámbitos relacionales en los que vive la Iglesia:  el diálogo ecuménico -como búsqueda de la unidad de los bautizados en obediencia al mandato del Señor, según la lógica intrínseca de la fe, que ha sido enviada al mundo por Dios como fuerza de unidad- es el primer ámbito relacional que el Papa, con toda la fuerza de su celo ecuménico, introduce en la conciencia de la Iglesia con la Ut unum sint.
También Slavorum apostoli es un texto ecuménico de particular belleza. Por una parte, se sitúa en la relación entre Oriente y Occidente; y, por otra, muestra la vinculación entre la fe y la cultura, y la capacidad que tiene la fe para crear cultura, pues llega al fondo y experimenta una nueva dimensión de la unidad.

El otro ámbito relacional atañe a los hombres que profesan religiones no cristianas o viven sin religión, para anunciarles a Jesús, del que Pedro dijo a los fariseos:  "En ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombre nos ha sido dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser salvos" (Hch 4, 12). En la Redemptoris missio el Papa explica la relación entre diálogo y anuncio. Muestra que la misión, el anuncio de Cristo a todos los que no lo conocen, sigue siendo siempre una obligación, pues todo hombre espera en su interior a aquel que es a la vez Dios y hombre, al "Redentor del hombre".

Veamos, por último, las tres grandes encíclicas en las que la temática antropológica se desarrolla bajo diversos aspectos. Veritatis splendor no sólo afronta la crisis interna de la teología moral en la Iglesia, sino que pertenece al debate ético de dimensiones mundiales, que hoy se ha transformado en una cuestión de vida o muerte para la humanidad. Contra una teología moral que en el siglo XIX se había reducido de modo cada vez más preocupante a casuística, ya en los decenios anteriores al Concilio se había puesto en marcha un decidido movimiento de oposición. La doctrina moral cristiana se debía formular nuevamente desde su gran perspectiva positiva a partir del núcleo de la fe, sin considerarla como una lista de prohibiciones.

La idea de la imitación de Cristo y el principio del amor se desarrollaron como las directrices fundamentales, a partir de las cuales podían organizarse los diversos elementos de la doctrina. La voluntad de dejarse inspirar por la fe como luz nueva que hace transparente la doctrina moral había llevado a alejarse de la versión iusnaturalista de la moral en favor de una construcción de perfil bíblico e histórico-salvífico.

El concilio Vaticano II había confirmado y reafirmado estos enfoques. Pero el intento de construir una moral puramente bíblica resultó imposible ante las demandas concretas de la época. El puro biblicismo, precisamente en la teología moral, no es un camino posible. Así,  de modo sorprendentemente rápido, después de una breve fase en la que  se  trató  de dar a la teología moral una inspiración bíblica, se intentó una explicación puramente racional del ethos, pero la vuelta al pensamiento iusnaturalista resultó imposible:  la corriente antimetafísica, que tal vez ya había contribuido al intento biblicista, hacía que el derecho natural pareciera un modelo anticuado y ya inadecuado.

Se quedó a merced de una racionalidad positivista que ya no reconocía el bien como tal. "El bien es siempre -así decía entonces un teólogo moral- sólo mejor que...". Quedaba como criterio el cálculo de las consecuencias. Moral es lo que parece más positivo, teniendo en cuenta las consecuencias previsibles. No siempre el consecuencialismo se aplicó de modo tan radical. Pero al final se llegó a una construcción tal, que se disuelve lo que es moral, pues el bien como tal no existe. Para ese tipo de racionalidad ni siquiera la Biblia tiene algo que decir. La sagrada Escritura puede proporcionar motivaciones, pero no contenidos.

Pero si las cosas fueran así, el cristianismo como "camino" -así debería y quisiera ser- resultaría un fracaso. Y si antes desde la ortodoxia se había llegado a la ortopraxis, ahora la ortopraxis se convierte en una trágica ironía:  porque en el fondo no existe.

El Papa, por el contrario, con gran decisión volvió a dar legitimidad a la perspectiva metafísica, que es sólo una consecuencia de la fe en la creación. Una vez más, partiendo de la fe en la creación, logra vincular y fundir antropocentrismo y teocentrismo:  "la razón encuentra su verdad y su autoridad en la ley eterna, que no es otra cosa que la misma sabiduría divina. (...) En efecto, la ley natural (...) no es otra cosa que la luz de la inteligencia infundida en nosotros por Dios" (Veritatis splendor, 40). Precisamente porque el Papa es partidario de la metafísica en virtud de la fe en la creación, puede comprender también la Biblia como Palabra presente, unir la construcción metafísica y bíblica del ethos. Una perla de la encíclica, significativa tanto filosófica como teológicamente, es el gran pasaje sobre el martirio. Si ya no hay nada por lo que valga la pena morir, entonces también la vida resulta vacía. Sólo si existe el bien absoluto, por el que vale la pena morir, y el mal eterno que nunca se transforma en bien, el hombre es confirmado en su dignidad y nosotros nos vemos protegidos de la dictadura de las ideologías.

Este punto es fundamental también para la encíclica Evangelium vitae, que el Papa escribió a petición apremiante del Episcopado mundial, pero que es igualmente expresión de su apasionada lucha por el respeto absoluto de la dignidad de la vida humana. La vida humana, donde se la trata como mera realidad biológica, se convierte en objeto del cálculo de las consecuencias. Pero el Papa, con la fe de la Iglesia, ve la imagen de Dios en el hombre, en todo hombre,  sea pequeño o grande, sea débil o  fuerte,  sea  útil o parezca inútil. Cristo, el  Hijo  mismo  de Dios hecho hombre, murió por todo hombre. Esto confiere a cada hombre un valor infinito, una dignidad absolutamente intocable.

Precisamente porque en el hombre hay algo más que mera bios, también su vida biológica resulta infinitamente valiosa. No queda a disposición de cualquiera, pues está revestida de la dignidad de Dios. No hay consecuencias, por más nobles que sean, que puedan justificar experimentos sobre el hombre.

Después de todas las experiencias crueles de abuso del hombre, aunque las motivaciones pudieran parecer muy elevadas moralmente, esas palabras eran y son necesarias. Resulta evidente que la fe es la defensa de la humanidad. En la situación de ignorancia metafísica en la que nos encontramos, y que resulta a la vez atrofia moral, la fe se muestra como lo humano que salva. El Papa, como portavoz de la fe, defiende al hombre contra una moral aparente que amenaza con aplastarlo.

Por último, debemos considerar la gran encíclica Fides et ratio, sobre la fe y la filosofía. El tema de la verdad, que marca toda la obra magisterial del Santo Padre, se desarrolla aquí en todo su dramatismo. Afirmar la cognoscibilidad de la verdad, o sea, anunciar el mensaje cristiano como verdad reconocida, se ve hoy en gran medida como un ataque a la tolerancia y al pluralismo. La verdad se convierte incluso en una palabra prohibida.

Pero precisamente aquí entra en juego, una vez más, la dignidad del hombre. Si el hombre no es capaz de llegar a la verdad, entonces todo lo que piensa y hace es puro convencionalismo, meratradición. Como hemos visto, no le queda sino el cálculo de las consecuencias. Pero, ¿quién puede abarcar realmente con la mirada las consecuencias de las acciones humanas? Si es así, todas las religiones son sólo tradiciones, y naturalmente también el anuncio de la fe cristiana es una pretensión colonialista o imperialista.

El cristianismo no está en contradicción con la dignidad del hombre únicamente si la fe es verdad, pues no daña a nadie; más aún, es el bien lo que nos debemos recíprocamente. Como resultado de los grandes éxitos en el ámbito de las ciencias naturales y de la técnica, la razón ha perdido la valentía ante los grandes interrogantes del hombre:  sobre Dios, sobre la muerte, sobre la eternidad, sobre la vida moral. El positivismo se extiende sobre el ojo interior del hombre como una catarata. Pero si estos interrogantes, decisivos al final para nuestra vida, quedan relegados al ámbito de la pura subjetividad y, por tanto, en definitiva, de la arbitrariedad, nos hemos quedado ciegos por lo que atañe a nuestra realidad de hombres.

Partiendo de la fe, el Papa pide a la razón que tenga la valentía de reconocer las realidades fundamentales. Si la fe no tiene la luz de la razón, se reduce a pura tradición, y con ello declara su profunda arbitrariedad. La fe no necesita la valentía de la razón por sí misma. No está contra ella, sino que la impulsa a pretender de sí las grandes cosas para las cuales ha sido creada. Sapere aude:  con este imperativo Kant describió la naturaleza del iluminismo.

Se podría decir que el Papa, de un modo nuevo, apela a una razón que se ha hecho metafísicamente pusilánime:  Sapere aude! Pretende de ti misma poder hacer grandes cosas. A esto estás destinada. La fe -así nos dice el Papa- no quiere hacer que calle la razón, sino que la quiere liberar del velo de la catarata que, frente a los grandes interrogantes de la humanidad, está ampliamente extendido sobre ella.

Una vez más, se ve que la fe defiende al hombre en su realidad de ser humano. Josef Pieper expresó una vez este pensamiento:  "En la época final de la historia, bajo el señorío de la sofística y de una pseudofilosofía corrupta, la verdadera filosofía se podrá unir en la unidad primordial con la teología" y afirmó que así, al final de la historia, "la raíz de todas las cosas y el sentido último de la existencia -que quiere decir:  el objeto específico de la filosofía- será visto y considerado sólo por los que creen".

Ahora bien, nosotros no estamos, en la medida en que se puede saber, al final de la historia. Pero corremos el peligro de negar a la razón su auténtica grandeza. Y el Papa considera, con razón, que la fe está llamada a impulsar a la razón a tener nuevamente la valentía de la verdad. Sin la razón, la fe fracasa; sin la fe, la razón corre el riesgo de atrofiarse. Está en juego el hombre. Pero, para que el hombre sea redimido, hace falta el Redentor. Necesitamos a Cristo, hombre, que es hombre y Dios, "sin confusión ni división" en una única persona, Redemptor hominis.

La familia cristiana es una iglesia doméstica

La familia cristiana es una iglesia doméstica
A través de la educación cristiana, los padres, ayudan a sus hijos a ser más conscientes de su fe
La familia cristiana es una iglesia doméstica
La familia cristiana es una iglesia doméstica


"Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él" (Lc 2,39-40).

La familia, es una comunidad de fe, esperanza y caridad. Por eso le podemos llamar Iglesia doméstica.
La familia cristiana es una comunión de personas, que reflejan la comunión que existe en Dios entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.


Vídeo musical de hoy

LA   ANGOSTA              KIKI TROIA














(Todos los vídeos que se van publicando los puedes encontrar en nuestra sección de vídeos musicales)




El Banco Vaticano publica por primera vez su balance y declara 86,6 millones de beneficio

El Banco Vaticano publica por primera vez su balance y declara 86,6 millones de beneficioEl Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano, publicó este martes por primera vez su balance anual, en el marco de la operación de transparencia, y declaró un beneficio neto de 86,6 millones de euros en 2012, de los que 54,7 millones van a las arcas de la Santa Sede.
Hasta ahora, el Banco del Vaticano, cuyo secretismo le había llevado a ser incluido en "la lista negra" de las instituciones financieras, no publicaba sus cuentas.
El nuevo presidente de la entidad bancaria del Vaticano, Ernst von Freyberg, nombrado en febrero de 2013 por Benedicto XVI, explicó hoy en una entrevista a Radio Vaticano que "el IOR está comprometido en un proceso de exhaustivas reformas, para promover los más rigurosos estándares profesionales y de conformidad".
Y eso "incluye -añadió- la implementación de estrictos procesos contra el blanqueo de capitales y la mejora de nuestras estructuras internas".
"Estamos llevando a cabo una evaluación exhaustiva de todas las cuentas de nuestros clientes, con objeto de cesar aquellas relaciones que no estén en consonancia con la misión del IOR", explicó.
El documento de más de 100 páginas publicado hoy contiene además del balance de 2012, un resumen de las cuentas de los primeros ocho meses de 2013 y un informe que certifica estos datos realizado por la auditora internacional KPMG.
En detalle, el IOR presenta un beneficio neto en 2012 de 86,6 millones de euros, lo que significa que ha cuadruplicado los 20,3 millones de euros declarados en 2011.
De estos, señala la nota oficial del IOR, 54,7 millones van a los presupuestos de la Santa Sede y 31,9 millones se reservan para "eventuales riesgos operativos generales".
"La política de inversión del IOR está pensada sobre todo para garantizar la seguridad de los bienes que nos han confiado y nuestra atención se concentra en una gestión de conservación y en una baja exposición al riesgo", explicó en la nota Von Freyberg.
En las cuentas de 2012, también se registran intereses netos por un valor de 52,2 millones de euros, lo que supone un rebaja del 19,6 % respecto a 2011.
Las comisiones netas fueron de 12,2 millones de euros (un 19,6 % más que en 2011), mientras que 51,1 millones de euros llegaron de otras actividades como la venta de títulos cuando el año anterior este apartado acumulaba pérdidas por 38,2 millones de euros.
En 2012, los costes operativos fueron de 23,9 millones de euros (un 12 % más que en 2011).
En 2012, en el IOR los clientes depositaron 6.300 millones de euros, repartidos en 2.300 millones en depósitos y 3.200 millones de euros en contratos de gestión patrimonial y 800 millones en títulos, lo que supone un patrimonio neto de 769 millones de euros.
En total, el IOR gestiona 13.700 cuentas bancarias que deben ser de miembros del clero, empleados o exempleados del Vaticano. 

Los católicos de EE UU apoyan el cambio de prioridades que defiende Francisco

La mayoría de los católicos de Estados Unidos comparte el deseo del papa Francisco de que la Iglesia abandone el excesivo interés por asuntos sociales como el matrimonio homosexual, los métodos anticonceptivos o el aborto, que han polarizado su atención, de acuerdo con el Pontífice, en los últimos años. Una encuesta publicada este viernes por el prestigiosa universidad Quinnipiac, concluye que el 68% de los interpelados cree que los intereses de la comunidad católica deberían concentrarse en temas menos polémicos.
“A los católicos de EE UU les ha gustado escuchar que el papa Francisco quiere que la Iglesia deje de hablar de asuntos como el matrimonio homosexual o el aborto”, declaró Maurice Carroll, el director del Instituto de Sondeos de la universidad Quinnipiac. Hace unos días, el Pontífice se lamentó en la publicación jesuita Civiltà Cattolica de que la Iglesia se hubiera obsesionado por asuntos que no preocupaban a la comunidad católica y advirtió sobre la necesidad de encontrar “un nuevo equilibrio” entre las misiones espirituales y políticas de la Iglesia, haciéndola “más acogedora y propicia para todos” para evitar que su base moral “se desplome como una casa de naipes”. “No podemos insistir sólo en asuntos que dividen como el aborto, el matrimonio homosexual o los anticonceptivos. No es necesario hablar de eso todo el tiempo”, insistió Francisco.
Las palabras del papa Bergoglio también fueron bienvenidas por elobispo de Nueva York y jefe de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, el cardenal Timothy Dolan. “El ha logrado atraer la atención de todo el mundo”, señaló el domingo pasado en su homilía en la catedral neoyorquina de San Patricio. Sin embargo, Dolan no considera que las declaraciones del Pontífice apunten a un cambio de doctrina. “Lo que está diciendo es que debemos pensar de manera más efectiva. Porque si la Iglesia aparece siempre reconviniendo o en actitud de amonestar, eso sólo puede ser contraproducente”.
El presidente de EE UU, Barack Obama, cristiano protestante, también ha alabado la figura de Francisco del que ha reconocido que le ha “impresionado enormemente”
Con 78,2 millones de fieles, segúndatos de la Universidad de Georgetown, la religión católica es la que cuenta con mayor número de seguidores en EE UU que es, después de Italia, el segundo país del mundo en número de sacerdotes. La mayoría de los católicos de este país, el 89%, de acuerdo con la encuesta de Quinnipiac, tiene una visión “muy favorable” del nuevo papa, algo que contrasta con la valoración negativa con la que despidieron a su predecesor, Benedicto XVI, del que el 63% censuró su actitud ante la pederastia, de acuerdo con un estudio del centro Pew, publicado en los estertores de su pontificado.
El presidente de EE UU, Barack Obama, cristiano protestante, también ha alabado la figura de Francisco del que reconoció que le había “impresionado enormemente”, durante una entrevista ofrecida el pasado miércoles a la cadena CNBC. “Parece una persona que vive de acuerdo con las enseñanzas de Jesucristo. Tiene una humildad increíble, y un impresionante sentido de la empatía, al menos hacia los más desfavorecidos. Además es alguien que trata de aceptar a las personas, en lugar de alejarlas, de buscar la bondad que hay en ellas en lugar de condenarlas”, señaló el presidente.
Varias de las decisiones que Obama ha adoptado en el pasado reciente, como su defensa del matrimonio homosexual o la obligación de las empresas e instituciones de subvencionar los métodos anticonceptivos de sus empleadas, han generado una fuerte oposición entre los grupos religiosos, con la Iglesia católica a la cabeza, que ha denunciado en los tribunales la parte de la reforma sanitaria del presidente que impone a los hospitales y centros educativos católicos que permitan el acceso a sus trabajadores a métodos de control del embarazo, entre ellos la píldora del día después. Esa parte de la ley sanitaria de Obama  ha levantado ampollas entre la comunidad católica estadounidense. Los obispos católicos han abanderado una campaña que presenta al presidente Obama como a mayor amenaza contra la libertad religiosa.
Pese a esta actitud por parte de la jerarquía eclesiástica de EE UU, los fieles de base sí parecen decantarse por actitudes más tolerantes hacia esos asuntos sociales polémicos de los que, el papa Bergoglio, prefiere apartarse. Según el sondeo de la universidad Quinnipiac, el 60% de los católicos está a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, en comparación con el 56% de los encuestados que no profesan esa religión. El 52% de los católicos considera que el aborto debería ser legal el muchos supuestos, frente al 53% de la población no católica que opina igual.

Obispo de Guadalajara insta a padres a que pidan la clase de Religión

Atilano Rodríguez/Obispo Sigüenza-GuadalajaraEl obispo de la diócesis de Guadalajara-Sigüenza, Atilano Rodríguez, ha instado a los padres de la provincia alcarreña a que "asuman la educación religiosa y cristiana" de sus hijos y a que "pidan la clase de Religión como un derecho y como un bien".
   En este sentido, ha asegurado que los colegios de la provincia de Guadalajara mantienen un número de profesores de religión católica similar al del pasado curso escolar y "más o menos" la misma cifra de alumnos.
   En declaraciones a Europa Press, Rodríguez se ha referido también a la situación de crisis actual de las familias de esta diócesis y ha lamentado la manera "tan fuerte" en la que está afectando, asegurando que "se ha cebado no sólo con quienes tenían necesidades económicas sino con muchas personas que contaban con su puesto de trabajo y que de la noche a la mañana han quedado en una situación de mucha precariedad".
   Sobre la ayuda que se ofrece desde la diócesis a través de Cáritas Parroquial y también desde Cáritas Diocesana ha aseverado que se dispensan a diario entre 250 y 300 comidas a personas que no tienen lo necesario para subsistir, al margen de las que se sirven a domicilio.
   Ha resaltado además la necesidad de que los sacerdotes "preparen y adapten sus homilías a cada situación concreta" y que tengan en cuenta "la realidad de las personas a la hora de dirigirse a los fieles".

EL PAPA, HOMBRE DE "PROFUNDA EXPERIENCIA"

   Se ha referido al Papa Francisco, destacando que se trata de un hombre "con profunda experiencia religiosa y muy conocedor de la realidad de la Iglesia y del mundo", además de un buen comunicador.
   Para Monseñor Atilano Rodríguez, la preocupación por los demás es el planteamiento de la Iglesia, y en este sentido ha incidido en que es algo que "no es ni de izquierdas ni de derechas".
   Para este obispo, "ser de derechas o de izquierdas hoy es una terminología muy anticuada y trasnochada". "Para un cristiano ser de derechas o de izquierdas tiene que ser el vivir su fe y actuar consecuentemente con ella y eso no es ser de ni de lo uno ni de lo otro", ha puntualizado.


La Iglesia belga dejará de celebrar funerales en crematorios

Monseñor Léonard, arzobispo de BruselasLa Iglesia católica de Bélgica dejará de celebrar funerales completos en crematorios a partir de 2015 con el objetivo de que esos actos litúrgicos vuelvan a las iglesias, según informan hoy los periódicos del grupo Sudpresse.
La medida ha sido impulsada por el presidente de la Conferencia Episcopal belga, el arzobispo André-Joseph Léonard, y cuenta con el respaldo de todo el episcopado, según un portavoz eclesiástico.
El objetivo de esta iniciativa es que los creyentes vuelvan a las iglesias para la celebración de los funerales, según Léonard, que ha escrito a todos los sacerdotes del país al respecto.
Pese a la decisión, los curas podrán seguir acudiendo a los crematorios para pronunciar breves plegarias, pero sin llevar a cabo oficios completos, lo que ahora ocurre en cuatro de cada diez cremaciones.
El número de incineraciones en Bélgica no ha dejado de aumentar en los últimos años, alcanzando las 55.741 durante 2012, según los medios nacionales.

5 oct 2013

Nada justifica poner en peligro vida de personas, dice Obispo tras bomba en Basílica del Pilar de Zaragoza

El Obispo Auxiliar de Madrid y Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, señaló que no hay razón para poner en peligro la vida de las personas, tras la explosión de un artefacto ayer en la emblemática Basílica del Pilar de Zaragoza.
foto Flickr de hayakvoy (CC BY 2.0)El Comando Insurreccional Mateo Morral se ha atribuido la explosión que tuvo lugar el pasado 2 de octubre en dicho templo. Se trata del mismo grupúsculo anarquista que colocó una bomba en la Catedral de la Almudena el pasado 7 de febrero. El artefacto no llegó a detonar ya que fue descubierto por un sacerdote quien llamó a la policía para su desactivación.
Al respecto Mons. Martínez Camino afirmó que "no existe ninguna razón que pueda justificar poner en peligro la vida de las personas que puedan ser afectadas por estos atentados indiscriminados", a pesar de que son casos "muy aislados y de poca relevancia".
El Comando Insurreccional Mateo Morral tiene el nombre del anarquista que atentó contra el Rey Alfonso XIII en 1906. Según Vasco Press, el artefacto era una bombona de gas butano cargada con dos kilos de pólvora negra y un sistema de activación mediante reloj.
Este grupo justifica el atentado señalando "la Iglesia es una importante institución con una complicidad histórica con el Estado-Capital" y considera que la Basílica del Pilar "es uno de los templos significativos para los detentadores del poder" y "uno de los principales símbolos (…) del fascismo".
Mons. Martínez Camino dijo también que "es lamentable que haya estos atentados que afectan a un derecho fundamental como es la libertad religiosa en templos católicos".
"Gracias a Dios son pocos e insignificantes, por lo que no hay motivo para la alarma, pero sí para poner cuidado y para hacer un llamamiento al activismo de respeto a los demás", aseguró.

Portavoz de los obispos españoles: "Los católicos estamos siempre con el Papa sea quien sea, no le enjuiciamos"

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Antonio Martínez Camino, ha afirmado que los católicos están "siempre" con el Papa y no le enjuician, sea quien sea, algo que, según ha precisado, es "casi siempre muy fácil" porque se trata de grandes personalidades, aunque ha admitido que "otras veces no lo es tanto".
   "Los católicos estamos siempre con el Papa, no porque sea este o aquel sino porque es el sucesor de Pedro, vicario de cristo, y no dudamos en estar con el Papa. En el caso de Francisco es muy fácil porque es un Papa con perfil de santo. Los católicos no enjuiciamos al Papa, estamos con él", ha subrayado durante la rueda de prensa posterior a la CCXXVIII reunión de la Comisión permanente.
   Concretamente, ha señalado que los católicos no están "para hacer juicios de un lado ni de otro, ni destructivos ni aduladores, juicios que quieren dirigir las cosas" pues "esos juicios, los aduladores o condenatorios son propios de la corte mundana, del mundo, no de los católicos".
   Además, se ha detenido en la figura del Papa Francisco con "una gran personalidad" y ha recordado que Benedicto XVI dijo a los cardenales --entre ustedes está mi sucesor y le presto mi obediencia y lealtad--. "Eso es lo que hacemos los católicos. Cada vez que hay un cambio de Papa los católicos estamos con el Papa. Es un gran don para la Iglesia el Papado", ha subrayado.

"CONTENTO" TRAS ESTOS DIEZ AÑOS EN EL CARGO

   Por otra parte, sobre su trabajo en estos más de diez años como secretario general de la CEE -cargo en el que será relevado el próximo mes de noviembre--, Martínez Camino ha rechazado hacer un balance pues "nadie es buen juez en propia causa" pero ha asegurado que se va "muy contento".
   Así, tras recordar la sorpresa que se llevó cuando le comunicaron por primera vez su elección llevando el coche al taller, ha afirmado que ha hecho "todo" lo que ha podido "con peor o mejor fortuna" en su servicio a los obispos, los cuales le han tratado "con una generosidad y bondad tremenda" pues "son muy buenas personas". También ha admitido que habrá cometido errores objetivos o en el trato con algunas personas y, por ello, ha pedido perdón a quienes haya podido herir.
   Asimismo, se lleva en la memoria las beatificaciones de más de mil mártires, la publicación de la Sagrada Biblia versión de la CEE, de la que se han difundido unos 200.000 ejemplares, el incremento en los últimos seis años en más de un millón de contribuyentes que marcan la casilla de la Iglesia, las visitas del Papa Benedicto XVI a tres ciudades españolas y documentos como 'Valoración moral en la situación actual de España' o 'Ante la crisis solidaridad'.
   Como portavoz, ha admitido que se lo ha "pasado bien" en las ruedas de prensa, lo cual no quiere decir, según ha añadido, que no haya "metido la pata" alguna vez. Sin embargo, ha remarcado el buen trato con los periodistas a los que ha tratado de informar con "transparencia, objetivamente, correctamente". Finalmente, preguntado por si la Conferencia Episcopal ha pagado a algún periodista, ha respondido rotundamente que "no".


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